¿Cómo
esperas a que yo esté inspirado?
Si soy un
prisionero a medio tiempo,
Y me la
paso con bestias cuadrúpedas;
¡Ellas se
nutren de todo mi aliento!
(Me atrapan
cuatro metálicas patas).
Llevan
pelajes en tonos diversos
-Bueno, tal
vez sean dos, solamente-:
Ocre; al
igual que la mierda “sanita”,
O blanco;
como la nieve, o tus huesos.
(Que se
pudren en el trance del tedio).
Veo pasar
todo el flujo del tiempo,
De sueños
rotos, y doce años muertos.
De cuyos
huesos, apenas vigentes,
Se hacen
coronas, que iremos portando
Hasta que
al fin, algún día, muramos.
Inspiración,
dime dónde encontrarte.
No me
respondas que en mi hambre y pobreza,
No me digas
que en las plantas de mis pies,
Porque
entonces ya me habré convertido
En un
órgano excretor de palabras.
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